Una característica específica de esta ciudad es su singularidad territorial. Si hace doscientos años era difícil entender la ciudad de Cádiz sin las demás ciudades de la bahía, actualmente resulta imposible. El “espacio social” de la actualidad no es la Ciudad sino la Región Metropolitana. Se necesita la articulación inteligente del conjunto de las ciudades de la bahía, que se tienen que estructurar como un todo. Lo que se quede fuera de esta óptica será inevitablemente un apéndice y se desvirtuará.
Nuestra singularidad territorial consiste en que las ciudades están distribuidas en torno al gran vacío de la extensa bahía. Esta bahía que con su amplitud y poco calado reunía las condiciones ideales para un puerto hace doscientos años, es hoy, en gran medida, lo que en urbanismo se denomina un “espacio ocioso”, que se debe gestionar como “espacio natural”, en términos compatibles con la industria limpia y la actividad portuaria que resulten viables.
Condicionan también el modelo metropolitano, “las salinas”, que ocupan más de diez mil hectáreas. Preocupan y deben ser objeto de una profunda reflexión.
Para dinamizar la región y hacerla más eficaz el punto de partida son sin duda las comunicaciones, elemento del que Cádiz ha sido siempre deficitario. El nuevo puente, que por su posición es casi un desdoblamiento del existente, es sin duda una buena actuación, aunque sus efectos en el tráfico interior de la ciudad están por ver, con un desembarco en Cádiz bastante cuestionable. Su mayor accesibilidad a Cádiz aportará algo más que el existente a la integración metropolitana. Pero siguen sin abordarse los problemas del aislamiento y la articulación a la escala adecuada.
Lo que se necesita, en mi opinión, como primer paso para esa articulación es un cinturón viario que, pieza a pieza, vaya cerrando un potente anillo de comunicaciones, que relacione con mayor eficacia a todos con todos, tanto con transporte privado como público. Este enfoque es hoy el usual, tanto en las grandes ciudades como en las regiones metropolitanas.
Ese “cinturón metropolitano”, que por analogías se podría llamar CA-10, convertiría a cada núcleo urbano de la bahía en un eslabón de la cadena, suprimiendo los fondos de saco. Sobre todo el del Centro Histórico de Cádiz. Está casi realizado el cinturón con infraestructuras ya existentes: las avenidas lineales de extramuros en Cádiz, la autovía del istmo, la circunvalación de San Fernando, continuando con la autovía de Puerto Real y El Puerto. Chiclana y su costa turística, sin duda piezas de la ciudad-región, se deben conectar al cinturón metropolitano mediante la prolongación de la autovía del istmo a través de Torregorda y Sancti Petri, hasta la autovía de la costa.
La “CA-10”, se cerraría mediante un túnel que uniera Cádiz con El Puerto, bajo la bahía. De unos ocho kilómetros (8 minutos), arrancando en el entorno de la Plaza de Sevilla, bien resuelta su conexión con las avenidas lineales, y llegando al Puerto por detrás de Puerto Sherry, cerraría el anillo y acercaría el Cádiz histórico al aeropuerto regional. Que nadie se asuste porque esto es hoy técnica y económicamente viable, no mucho más costoso que el Puente. Es poco más largo que el que se acaba de hacer en Madrid, en parte bajo el Manzanares, realizado en un tiempo record. Sin duda no solo Cádiz ciudad se beneficiaría de este enfoque.
Hay que imaginar una línea por las Puertas de Tierra, la Cuesta de las Calesas, Canalejas, Plaza de España y la Muralla de San Carlos. A la izquierda hay que ser urbanísticamente radical, protegiendo y salvando la ciudad histórica monumental, uno de los principales activos de la región en el contexto del espacio común europeo; sin adulteraciones, calmada, con el tráfico restringido, generando ofertas de toda índole al mercado de ocio y cultura europeos. Y a la derecha una ciudad moderna, dinámica y sin excesos de escala, articulada por un cinturón metropolitano eficaz, con un gran aparcamiento disuasorio en ese punto, con un puerto deportivo y artesanal en su fachada, línea de atraque para transatlánticos y la dotación actualmente propuesta, que adultera el Castillo de San Sebastián, complementada con otras, podrían resituarse en la actual explanada de la Punta de San Felipe, como está la Ópera en Sidney, y otros hitos en otras ciudades…Se podría seguir hablando, pero para mí solo esto es ya un sueño.
