La Biotecnología es a la vez una ciencia, una tecnología y un desarrollo industrial. Numerosas disciplinas científicas como la biología, la bioquímica, la genética, la farmacología, la microbiología, la virología, la agronomía, la ingeniería, la química, la medicina, la veterinaria y el estudio del medio ambiente, se encuentran implicadas en este importante sector.
Dada la diversidad de campos del conocimiento que intervienen en la Biotecnología o los diferentes propósitos que pretende, resulta difícil definirla. Sin embargo esta moderna tecnología tiene como objetivo el empleo de seres vivos, de sus procesos metabólicos moleculares o de sus productos cuando interaccionan con el medio, destinados, tras la utilización o modificación de los mismos y su entorno, a la obtención de bienes y servicios económicos destinados a cubrir algunas necesidades humanas relacionadas con la agricultura, la ganadería, la alimentación y la salud. Los procesos biotecnológicos han sido utilizados para la producción agroalimentaria o bebidas alcohólicas, la mejora de los cultivos o en la fertilización de suelos mediante la transformación biológica de residuos orgánicos. También la biotecnología se ocupó de procurar vacunas para la prevención de determinadas enfermedades, la creación de nuevos fármacos o el desarrollo de métodos terapéuticos y de diagnóstico.
La biotecnología moderna surge en la década de los 70 del siglo pasado como consecuencia de los éxitos de la biología celular y molecular o la ingeniería genética, el descubrimiento y tratamiento de las enfermedades genéticas o la investigación destinada a algunos aspectos que dependen de los genes como el envejecimiento o algunos procesos degenerativos y tumorales. No podemos olvidar a los discutidos transgénicos, la conservación de muchos alimentos, la obtención de recursos a partir de organismos o la eliminación de residuos contaminantes mediante la utilización de microorganismos.
En España se ha producido en los últimos años un gran esfuerzo en la investigación en biotecnología y se han creado centros dedicados a este tipo de investigaciones, a la vez que se ha conseguido el establecimiento de prometedoras empresas biotecnológicas en los sectores de la alimentación y la salud. Hoy se tiene la capacidad biotecnológica para crear muchas más y se espera que tengan éxito. Las empresas biotecnológicas son muy dependientes de la investigación básica y tienen la ventaja de que la aplicación de esta en tecnología se hace en tiempos muy cortos, que provocan excelentes éxitos empresariales. El mayor inconveniente es que estas empresas, dado el gasto de inversión en investigación durante un tiempo prolongado, necesitan fuertes inversiones y por consiguiente las expectativas de un retorno a corto y largo plazo que resulte atractivo. Cuestión esta que requiere un apoyo decisivo, por parte de los diferentes agentes del sistema de innovación en ayudas financieras y fiscales.
Las universidades, sobre todo en el Reino Unido y en Alemania son el origen de un buen número de nuevas empresas spin-off creadas a partir de los laboratorios de investigación básica. Otra herramienta, utilizada ampliamente en la UE y que vendría muy bien para el caso de la Bahía Tecnológica, es la generación de biopolos o la potenciación de desarrollos tecnológicos regionales impulsados por los gobiernos locales y las asociaciones empresariales del sector. En España los proyectos más ambiciosos se están llevando en el País Vasco y en Cataluña, desde centros mixtos ligados a sus universidades respectivas.
También debe tenerse muy en cuenta que el tejido productivo biotecnológico instalado en Andalucía ha dado un importante salto en 2006, consiguiendo mantener una destacada posición nacional, compartida con Madrid y Cataluña. En el citado año, se pusieron en marcha 14 nuevas empresas dedicadas exclusivamente a biotecnología de un total de 56 que utilizan o son usuarias de productos o servicios biotecnológicos. Una mayoría operan en el segmento de salud. Muy recientemente, la Consejería de Innovación Andaluza creó la Corporación Tecnológica para impulsar la innovación en Andalucía.
La biotecnología, junto con otras tecnologías avanzadas, será decisiva para el desarrollo de la Sociedad del Conocimiento que se espera desarrollar en Europa. En el entorno de Cádiz y su Bahía hay numerosas empresas del sector de la alimentación como las pesqueras, las dedicadas a la acuicultura o las conserveras y frigoríficas, así como en su entorno inmediato empresas vitivinícolas y agroalimentarias de producción importante, todas ellas unidas a un comercio y transporte de productos por vía marítima. En el soporte de investigación básica, cabría citar instituciones, entre otras, como los Departamentos de la Universidad de Cádiz, la Estación de Biología Pesquera (Instituto Español de Oceanografía), el Centro Andaluz de Investigaciones Vitivinícolas y el Centro Andaluz de Ciencia y Tecnología Marinas. A partir de esta infraestructura, no parece descabellado atraer a sectores inversores y empresariales, dedicados a la producción de bienes de origen biotecnológicos, en las áreas específicas relacionadas con la salud, los procesos agropecuarios, la pesca, la acuicultura, la alimentación y las bebidas.
Incluso en Cádiz, existen iniciativas muy recientes que permiten atisbar un horizonte favorable, tales como la creación del Centro de Investigación Biomédica y Sanitaria como extensión del nuevo desarrollo hospitalario público de la ciudad; y en otros sectores distintos, pero relacionados con la innovación tecnológica, hay que recibir con entusiasmo y apoyo los proyectos anunciados por la iniciativa privada de producción de biodiesel y bioetanol en el área geográfica gaditana.
Cádiz no puede dejar pasar esta oportunidad de crear en el entorno de su bahía un entramado en el que tendrán que confluir la investigación básica, la aplicada y el desarrollo tecnológico con los sectores empresariales privados y el sector público, todos ellos interesados en estas tecnologías de futuro. Las ideas expuestas hoy en esta Tribuna pueden ser una primera base para seguir pensando en el desarrollo de Cádiz de un plan original, novedoso y prometedor. Un proyecto de futuro, al que hemos denominado con mucha audacia “Bahía de la Biotecnología” como generación de un biopolo, que exige previamente un proyecto de coordinación de los Organos de la Administración –no sólo de la local y provincial sino también de la autonómica y central-, la propia Universidad de Cádiz y el ámbito empresarial, que implique a todas las instituciones y sectores citados. El Foro de Debate Cádiz 2012 propone esta iniciativa y se ofrece a participar en su efectiva promoción.
Publicado en La Voz de Cádiz. 30.06.07